En este apartado se describe, de manera general y objetiva, las perspectivas económicas mundiales y del país, así como algunos elementos de coyuntura económica del Estado de Puebla. Dichos escenarios son relevantes en la elaboración de la Iniciativa de Ley de Ingresos y el Proyecto de Presupuesto de Egresos del Estado, ya que es la base sobre la que se construye la estimación de recaudación de ingresos y permite identificar problemáticas sociales que deberán ser atendidas mediante la ejecución del presupuesto de egresos. Se desagrega de la siguiente manera:
A comienzos de año, el surgimiento de la variante Ómicron generó incertidumbre en las expectativas en razón de que diversos países impusieron nuevamente restricciones sanitarias. De igual forma, se registró un significativo incremento en los costos de la energía, así como persistentes perturbaciones en las cadenas de suministro que presionaron al alza la inflación, especialmente en Estados Unidos (EE. UU.) y la región de América Latina y el Caribe, por ello, a lo largo del mundo, la política monetaria se endureció generando presión en las monedas además del encarecimiento del endeudamiento a escala internacional.
La invasión de Rusia a Ucrania complicó aún más las condiciones ya mencionadas en las que el mundo entero se encontraba. En ese sentido, al mes de octubre, el Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta un crecimiento de 3.2 por ciento para 2022. Para la zona euro y América Latina, 3.1 y 3.5 en el orden señalado. Lo anterior a razón de que las principales preocupaciones siguen girando en torno a las cuestiones ya antes expuestas. Con ello, se hace evidente que los riesgos contemplados en las distintas revisiones se han materializado, sugiriendo una importante ralentización del crecimiento mundial para 2023.
De acuerdo con el FMI, las perspectivas para 2023 indican una desaceleración del crecimiento, pasando de 6.0 en 2021 a 3.2 en 2022 y 2.7 por ciento en 2023, además de que la mayoría de países crecerán por debajo de su tendencia de los últimos veinte años. Los riesgos a la baja ante la posibilidad de que se presenten nuevas escaladas en el conflicto Rusia – Ucrania, persista el crecimiento de precios y se deteriore el sistema financiero, resultan en una probabilidad entre cuatro de que el próximo año el crecimiento mundial caiga por debajo de su mínimo histórico de 2.0 por ciento, añadiéndose el estancamiento de ingresos per cápita y disturbios asociados al cambio climático. Para una mejor dimensión, estos fenómenos serán:
Ante estos desafíos y la probabilidad de que la economía mundial entre en recesión, el FMI insta a los gobiernos a mantener un papel activo en el manejo tanto de su política monetaria como fiscal, las cuales deben conservar una sincronía de tal forma que una no impida la efectividad de la otra.
En México, la distribución de las vacunas contra la COVID-19 contribuyó a reducir la tasa de mortalidad del virus y el riesgo que conllevaba la interacción social. Sin embargo, los rebrotes de contagio por cepas más contagiosas, la intensificación de las dificultades del comercio exterior ante el conflicto geopolítico, la desaceleración de la demanda externa y principalmente de Estados Unidos, así como el incremento en los precios de las materias primas, figuraron como las principales condicionantes que extendieron la incertidumbre global y propiciaron un avance moderado de la economía mexicana en 2022.
Bajo dicho escenario se han generado diversos contrastes, el consumo privado ha estado respaldado por el incremento del empleo y de las remesas, pero ha comenzado a mostrar signos de contracción a la par de la creciente inflación en alimentos de consumo básico; el mercado laboral recuperó los niveles de ocupación previos a la pandemia, pero con cierta fragilidad por la vulnerabilidad de los empleos que se generan; los ingresos laborales, luego de verse afectados por la pandemia, enfrentan el encarecimiento de bienes y servicios; las exportaciones registraron valores históricos beneficiando a sectores altamente relacionados con el comercio exterior, mientras que otros, como la Construcción, que se vinculan con la inversión, presentan un desempeño inestable y tienen un rezago significativo; mientras que las remesas siguieron creciendo pero a un menor ritmo que el año anterior. A la par de estos sucesos, se han hecho más visibles las heterogeneidades económicas y sociales internas que determinan el alcance de estos choques y juegan en contra de una recuperación sostenida.
El promedio de los pronósticos sugiere que la economía crecerá 2.0 por ciento en 2022. Aunque algunas instituciones ajustaron al alza su proyección, bajo la consideración de que el consumo ha sido más alto de lo esperado y por una eventual disminución de los cuellos de botella en el comercio exterior, resultan menores a las proyectadas a inicio del año, cuando se situaban cerca del 3.1 por ciento. Para 2023, las perspectivas de crecimiento promedian 1.6 por ciento; las cuales también han ido en sentido descendente, ya que, en enero, la media se ubicaba en 2.5 puntos porcentuales.
Estas proyecciones consideran, por el lado externo, el deterioro de la actividad económica global por la incertidumbre sobre la evolución de la pandemia, las consecuencias que sigan derivando del conflicto bélico en Europa del Este, condiciones financieras más restrictivas y las tensiones geopolíticas que podrían sumarse a la existente. A esto se adiciona, la previsión de un menor crecimiento para Estados Unidos, que pasaría de 1.6 en 2022 a 1.0 por ciento en 2023, además de su política monetaria restrictiva y el riesgo de que experimente una recesión.
Por el lado interno, los principales aspectos que podrían obstaculizar el crecimiento se asocian a los problemas de inseguridad pública al ser un obstáculo para la creación y sobrevivencia de empresas, la creciente inflación en alimentos y servicios de alimentación, así como la política monetaria actualmente aplicada, por sus implicaciones en la demanda agregada, que supondría un mayor costo al financiamiento del crédito para el consumo y la inversión en sus diversos componentes.
Después de tres años del choque económico que derivó de la pandemia COVID-19, persistieron los contagios, al tiempo que se continuó observando inestabilidad económica. Las últimas olas de contagios tuvieron menor mortalidad y duración, así como un impacto económico moderado en comparación con los primeros eventos gracias a medidas de distanciamiento social y una campaña activa de vacunación.
La industria manufacturera del estado tuvo una recuperación acelerada en comparación con los servicios, apoyada por el aumento generalizado de sus ramas, en especial, la alimentaria, de productos metálicos y del plástico y hule, así como por el avance progresivo de Fabricación de equipo. Los servicios permanecieron en recuperación, donde 2022 ha significado el mejor periodo desde el inicio de la pandemia.
Las ocupaciones se encontraron en un nivel máximo; no obstante, el mercado de trabajo exhibió cierta presión, pues la generación de empleo comenzó a ralentizarse en el primer semestre de 2022. Por otro lado, la inflación continuó con una tendencia al alza, donde los alimentos y servicios de restaurantes estuvieron al frente del crecimiento de precios.
En tanto, el Reporte de Indicadores Regionales de Actividad Económica 2022 de Citibanamex, proyecta un crecimiento del PIB estatal de 1.1 para 2022, que mejoraría moderadamente en 2023 con un crecimiento de 1.6 por ciento. Al referirse a la proyección nacional, esos valores se ubican en 1.5 y 1.8 por ciento para 2022 y 2023, en ese orden.
El estricto cumplimiento de las obligaciones de pago contraídas en años anteriores ha llevado que el saldo de la Deuda Pública del Estado conserve su trayectoria descendente. Al 30 de septiembre de 2022, sumó 6 mil 433 millones 793 mil 927 pesos, que significó una disminución anual de (-)5.7 por ciento, equivalente a 389 millones 172 mil 507 pesos.
Sumado a lo anterior, Puebla se colocó como la quinta entidad con menor deuda subnacional como proporción del PIB Estatal, situada en 0.8 por ciento al segundo trimestre; además, el nivel de endeudamiento continuó clasificándose como Sostenible en el Sistema de Alertas de las Entidades Federativas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Es por ello que, para dar continuidad a su comportamiento favorable, el Gobierno del Estado seguirá ejerciendo una política de cero endeudamientos con el objetivo de mantener bajos niveles de riesgo crediticio, así como garantizar finanzas públicas sanas mediante el equilibrio entre los ingresos y egresos, en beneficio de la sociedad.
Los objetivos principales de la Política de Ingresos para 2023, serán la obtención de recursos suficientes para asignarlos a los programas y proyectos que derivan del Plan Estatal de Desarrollo 2019 - 2024, el fortalecimiento de las finanzas públicas y apuntalar la recuperación de la economía, con base en la confianza, cooperación y corresponsabilidad entre el gobierno y la sociedad, para contribuir al progreso de la entidad poblana.
Resultados y Proyecciones: Al finalizar el mes de septiembre del ejercicio fiscal en curso, los ingresos totales del Gobierno del Estado ascendieron a 83 mil 793 millones 833 mil 197 pesos, 12.3 por ciento más que en el mismo periodo de 2021. Por otra parte, los Ingresos Totales para el Ejercicio Fiscal 2023 ascenderán a 119 mil 199 millones 875 mil 778 pesos.
El gasto público es la principal herramienta de política pública que permite a los gobiernos brindar a la población de servicios básicos, así como asistir a los grupos vulnerables. El gasto de gobierno se desagrega en diversas vertientes que tienen por único objetivo generar valor público a la sociedad.
Resultados y Proyecciones: Se estima que el resultado de los Egresos Totales devengados al cierre de 2022 ascienda a 106 mil 976 millones 877 mil 129 pesos.
Para el Ejercicio Fiscal 2023, el presupuesto asciende a 119 mil 199 millones 875 mil 778 pesos.
Fuente: Secretaría de Planeación y Finanzas. Subsecretaría de Egresos
Los gobiernos se enfrentan a un escenario fiscal complejo, presionado por la inflación, tasas de interés elevadas y mayores necesidades de gasto. Esta coyuntura exige mejorar la priorización del gasto, tanto en su aspecto técnico, al optimizar la utilización de los recursos disponibles, como en afinar su asignación para rubros que contribuyan al crecimiento económico y reduzcan las brechas socioeconómicas. Por ello, el Gobierno de Puebla ha definido una Política de Gasto que apoye a los grupos más vulnerables y atienda áreas de relevancia para la entidad vinculadas al PED 2019 - 2024.
La Política de Gasto está basada en fundamentos de sostenibilidad financiera y se enmarca en los Criterios Generales de Política Económica para el Ejercicio Fiscal 2023, reconociendo que la urgencia de emprender programas públicos focalizados requiere, entre otros, mantener una coordinación intergubernamental. De esta manera, los Programas Presupuestarios que han sido catalogados como prioritarios, tienen incidencia en las áreas siguientes: