Page 9 - 2. Proyecto de Presupuesto de Egresos, Ejercicio Fiscal 2024
P. 9
Gobierno del Estado de Puebla
Entre las razones que dieron sustento a estas decisiones, se encuentran, la resistencia de la actividad
económica, un mercado laboral aún sólido, aunque con ligeras desaceleraciones en la generación de
empleo, así como niveles de inflación elevados, donde la tasa general se mantuvo en 3.7 durante
septiembre, luego de haber incrementado en julio y agosto por los precios del petróleo. A pesar de
los datos de inflación, el Comité decidió volver a pausar el alza de la tasa en su anuncio de septiembre,
exponiendo que continuará valorando los efectos rezagados de los incrementos anteriores, sin
descartar posibles aumentos en el resto del año, comprometiéndose a tener una tasa lo
suficientemente restrictiva para llevar a la inflación a su objetivo de 2.0 por ciento.
En la ZE, el Banco Central Europeo (BCE) en su anuncio de septiembre, incrementó en 25 puntos base
los tres tipos de tasas de interés, donde la Tasa de operaciones principales de financiación alcanzó
4.50, la mayor desde 2007. Luego de publicar una inflación de 4.3 por ciento en septiembre, la más
baja desde el inicio del alza de precios, en su anuncio de octubre, el BCE decidió, por primera ocasión,
luego de los ininterrumpidos aumentos desde junio de 2022, pausar los incrementos en sus tasas de
interés, a razón de que la mayoría de indicadores de la inflación subyacente disminuyeron y las
condiciones financieras restrictivas siguieron frenando la demanda de consumo, y con ello,
estimularon el descenso de la inflación.
Al contrario, el impulso económico y una evolución más favorable de su inflación en algunas
economías del grupo emergentes, les ha permitido llegar a topes e incluso rebajas de la tasa de
interés, aunque preservando una postura restrictiva, tales como Chile y Brasil. En el caso del Banco
Central de Brasil, en sus reuniones de agosto y septiembre decidió bajar su tasa en 50 puntos base,
pasando de 13.75 establecida hace un año, a 13.25 y 12.75, respectivamente, acordado ante una
inflación anual de 4.1 por ciento en agosto. De mantenerse el actual escenario y en búsqueda de
brindarle un respiro a su economía, así como llevar una tendencia deflacionista adecuada, el comité
prevé realizar reducciones de la misma proporción en las siguientes reuniones.
Por su parte, Japón y China prosiguieron con una política de bajas tasas de interés para atender los
retos que enfrentan sus economías. El país insular continuó con una tasa negativa de (-)0.10
implementada desde 2016 para combatir su deflación. En el anuncio de política monetaria de
septiembre, volvió a confirmar dicha postura a pesar de las expectativas del mercado sobre anunciar
una tasa de 0.0 ante el incremento de precios observado, donde septiembre alcanzó una inflación de
3.0 por ciento, superior al 2.0 objetivo. Sin embargo, el Banco de Japón justificó su decisión a fin de
asegurar que estos resultados no solo derivaran del aumento del precio de bienes y servicios
importados, sino por un dinamismo originado en el consumo interior.
En lo que va de 2023, el Banco Popular de China redujo, en junio y agosto, su Tasa preferencial de
préstamos a un año, colocándose en 3.45, un mínimo histórico, a fin de estimular el dinamismo de su
economía a través de un mayor consumo y de superar las presiones deflacionistas que presenta,
donde el crecimiento de precios se colocó en 0.0, (-)0.3 y 0.1 en junio, julio y agosto, respectivamente.
A su vez, el Índice de precios al productor de la industria acumuló once disminuciones a tasa anual,
alimentando las preocupaciones de que el país entre en una era de crecimiento económico más lento
de lo previsto, con estancamiento de los ingresos y precios, similar a lo ocurrido en Japón.
Ante ello, el gobierno chino, en su reunión del Buró Político (Politburó) celebrada en julio, informó
acerca de una serie de medidas de estímulo económico para la segunda mitad del 2023, entre las que
se encuentran: impulsar la inversión en infraestructura, medidas de relajamiento monetario e
incentivos al consumo, así como una reforma de la distribución del ingreso y ajustes en la política de
seguridad social para incrementar el consumo de grupos de bajos ingresos, de acuerdo con el informe