Page 6 - Iniciativa Ley Egresos 2026
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La relajación monetaria se vio acompañada por un aumento de la incertidumbre en los mercados
financieros ante el surgimiento de un balance de riesgos al alza para la inflación y a la baja para
el crecimiento económico. A diferencia de otros episodios de inestabilidad, en esta ocasión el
dólar mostró un debilitamiento significativo, lo que brindó cierto alivio a los mercados emergentes
al permitir la apreciación de varias monedas y atraer entradas de capital favorecidas por los
diferenciales de tasas y por un mayor apetito por riesgo.
A pesar de los avances en la contención de la inflación y la flexibilización de las tasas de interés,
las condiciones financieras continuaron siendo restrictivas, lo que planteó un reto para la gestión
de la deuda pública. Según el FMI, la deuda pública mantuvo un crecimiento acelerado en 2025,
incluso por encima de los niveles previos a la pandemia. El aumento fue impulsado principalmente
por economías avanzadas, cuya deuda se estimó en 110.1% del PIB, mientras que los mercados
emergentes alcanzaron un máximo de 73.6%. Este entorno ejerció presiones sobre las finanzas
públicas, con déficits crecientes en países como EE. UU., Brasil y Francia.
1.2. Fragmentación Comercial y Tendencias de la Inversión Internacional
La dinámica del comercio mundial se ha visto afectada por un incremento sostenido de barreras
al intercambio que se intensificaron en 2025. De acuerdo con el Banco Mundial (BM), cerca del
70.0% de las restricciones aplicadas desde 2022 provienen de economías avanzadas, pero
impactan desproporcionadamente a las emergentes, en especial aquellas profundamente
integradas en las cadenas de valor globales o con fuerte dependencia de EE. UU. y otros
mercados avanzados, lo que ha acentuado la fragmentación del comercio y los riesgos para la
inversión internacional.
En el primer trimestre del 2025, el comercio mundial creció 1.5% frente al anterior, con una previsión
de igual magnitud en el segundo, resultados que superaron los pronósticos debido a una
concentración de compras anticipadas hacia EE. UU.; sin embargo, se estimó una desaceleración
al 1.0% en el tercer trimestre, de acuerdo con la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre
Comercio y Desarrollo. El mismo organismo advirtió sobre un cambio observado en la dinámica
global, en la que los países desarrollados registraron un mayor dinamismo comercial, revirtiendo
la tendencia que anteriormente favorecía al Sur global.
Aun con este desempeño, persistió una alta incertidumbre en torno al surgimiento de nuevos
gravámenes que pudieran obstaculizar el crecimiento del comercio mundial. Hasta septiembre
de 2025 algunos aranceles anunciados en abril por EE. UU. se atenuaron, mientras que se
alcanzaron acuerdos con Reino Unido, la ZE, Japón y Corea del Sur. En otros casos, se otorgaron
prórrogas a los plazos de vencimiento, lo que brindó un alivio temporal en México y China. Este
último país compensó la menor demanda de EE. UU. con un aumento sustancial de exportaciones
hacia otros destinos, particularmente en Asia y la Unión Europea, de acuerdo con el FMI.
Sin embargo, para 62 países sin acuerdos comerciales, se mantuvo un impuesto general que
pasó de 10.0% en abril a 41.0% en agosto. Además, estableció gravámenes a sectores
específicos, como aluminio, acero, cobre, automóviles y autopartes. También se impusieron
barreras no arancelarias como la suspensión de compras mínimas libres de impuestos (trato de
minimis) para envíos de bajo valor, investigaciones a las importaciones de farmacéuticos,
minerales críticos y semiconductores, bajo criterios de seguridad nacional; junto con fuertes
incentivos fiscales para atraer inversiones.
De acuerdo con la Brookings Institution, el promedio de los aranceles de EE. UU. descendió de
33.0% en abril a 20.0% en septiembre de 2025. Esta moderación contribuyó a mejorar
parcialmente las perspectivas de crecimiento mundial, aunque el entorno continuó siendo volátil
y condicionado por políticas comerciales difíciles de anticipar. En 2024, los flujos de Inversión
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