Page 14 - Iniciativa Ley Egresos 2026
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empleo y los salarios reales seguirán respaldando la demanda interna, aunque el efecto sobre el
                  consumo dependerá de mantener la generación de ocupaciones formales y de que los ingresos
                  mejoren también en los sectores de menor productividad.

                  Sector Externo

                  En el segundo trimestre de 2025, la Cuenta corriente registró un superávit de 206 millones de
                  dólares (mdd), equivalente a 0.04% del PIB, tras el déficit de 1.8% del trimestre previo. El ajuste
                  respondió  al  mayor  superávit  en  mercancías  no  petroleras  y  a  la  moderación  del  déficit  de
                  servicios (833 mdd frente a 1,553 mdd un año antes), que compensaron parcialmente los mayores
                  egresos  por  ingresos  primarios  y  por  importaciones  petroleras,  en  un  entorno  internacional
                  todavía incierto.

                  En  el  comercio  de  mercancías  se  observó  un  desempeño  desigual.  A  julio  de  2025,  las
                  exportaciones sumaron 54 mil 118 mdd. Mientras las manufactureras no automotrices crecieron
                  de  forma  constante  (33  mil  936  mdd,  con  avances  en  electrónica,  maquinaria  y  equipo
                  especializado),  las  automotrices  mostraron  debilidad  (15  mil  525  mdd)  luego  de  descensos
                  registrados a mediados del año. De acuerdo con el CEFP, estos contrastes reflejan la sensibilidad
                  del sector automotriz frente a las barreras arancelarias y disrupciones logísticas, mientras que los
                  rubros más diversificados han sido más flexibles. El resto de las exportaciones correspondió a
                  productos petroleros y extractivos, que aportaron un porcentaje menor del total.

                  Las importaciones totalizaron 53 mil 822 mdd, principalmente de bienes intermedios (40 mil 638
                  mdd), mientras que los bienes de capital se mantuvieron contenidos (4 mil 877 mdd). Este patrón
                  sugiere un ciclo en el que la producción se sostiene, aunque sin señales claras de expansión de
                  nueva capacidad, lo que se refleja en el saldo positivo de la balanza comercial al cierre del
                  periodo.

                  Otros flujos externos también reflejaron contrastes. Las remesas ascendieron a 15 mil 305 mdd en
                  el segundo trimestre, con una baja anual de 11.2%, aunque permanecen en niveles históricamente
                  altos y continúan siendo un soporte relevante para los hogares, sobre todo en entidades con
                  mayor dependencia de estos recursos.

                  Por su parte, la IED sumó 34 mil 265 mdd en la primera mitad del año, con un predominio de la
                  reinversión de utilidades (84.4%) sobre los proyectos de nueva inversión (9.2%) y las cuentas entre
                  compañías. Este patrón  confirma que el dinamismo proviene principalmente  de empresas ya
                  establecidas, mientras que la llegada de nuevos proyectos sigue siendo limitada, en espera de
                  definiciones vinculadas a la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

                  En cuanto a su origen, los flujos se concentraron en EE. UU., España, Canadá y Alemania, que en
                  conjunto aportaron cerca de dos tercios del total, lo que confirma la dependencia de México de
                  sus socios tradicionales de Norteamérica y Europa, mientras que las aportaciones desde Asia y
                  América Latina se mantuvieron marginales.

                  En el ámbito comercial, la balanza cerró con un superávit de 296 mdd, resultado de un déficit
                  petrolero  de  un  mil  984  mdd  y  un  superávit  no  petrolero  de  2  mil  279  mdd.  Este  desempeño
                  confirma que el impulso más reciente del sector externo provino del comercio no petrolero, en
                  particular  de  las  manufacturas  con  mayor  integración  regional,  que  continúan  aportando
                  estabilidad en un entorno global desafiante. En conjunto, el sector externo se mantiene como un
                  ancla de estabilidad macroeconómica, sustentado en exportaciones diversificadas, flujos sólidos
                  de remesas y una IED concentrada en reinversión de utilidades, aunque su fortaleza dependerá
                  de la evolución del comercio con EE. UU. y de los resultados de la revisión del T-MEC en 2026.




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